I
Saber de ti a través de mi vientre,
de una boca repleta de noche y mar de poniente.
De este lado miro los dedos de mis pies
en sus sombras veladas y raíces varadas.
No tengo nada que decir.
No quiero el cántico de la palabra,
de su voz, de mi voz.
II
Quiero perderme en la luz de un astro errante
en la abandonada memoria de los amantes.
Lenguas que azulan al cielo
con nubes de tormenta y anhelo.
Que los cuerpos saben de la extensión de la piel
en toda esa miel que se vierte en el arco
que une las manos con los sueños.
Sólo quiero morder de tu boca su silencio.