La poesía como crisol de la consciencia


En un sentido particularísimo la consciencia es una matriz que abarca al pensamiento, las emociones y a un código de conducta que sugieren un ser. Tras la piel hay un entramado de cuestiones por resolver, silencios y creencias que distan mucho de lo que mueve a tu latido. La domesticación de nuestros sueños es la línea divisoria entre lo que piensas que eres y todo lo que realmente no eres. La poesía es mi camino a ese lugar tan sólo habitado por mí. La única manera de acceder es abandonando toda creencia de lo que nos impusimos ser.

Las palabras no tienen dueño


Existen dos maneras de llegar más allá de la arquitectura de la piel, una es dejándote escribir de manera espontánea; provocando que la deriva te recorra la ribera de las costillas, haciendo de tu silencio un jirón perdido, una anécdota disuelta en la pleamar de la saliva. La otra es quedando en silencio de nombre, tan sólo mirándote y permitiendo que tus manos escriban lo que tu boca no cuenta.

La forma es indiferente, lo realmente importante es verte sin juicios. No hay mayor acto revolucionario que ser uno mismo.