Atender. Caer en picado. Vela mayor en un temporal que no da tregua. Mitigar el sol que da sombra a mis costillas, que suda la vertiente equivocada de mis pasos. Qué será de mi ahora que los polos repelen, en su sueño magnético, toda esa lluvia que besaba mi tierra.
Despertar. A lo lejos madruga aquella queja eterna que devoraba mis dedos. Pásate un rato. Aquí nacen todos los principios que quiebran mi silla de madera.
Un oleaje que todo lo azota, que muestra la interminable razón de su latido. Me siento agotado. No conozco un islote donde descansar los pies.
¿Me recuerdas hace unos años? Aquel faro cayó en la playa donde varan las ballenas. Ahora sólo miro más allá de este cielo repleto de estrellas.
Me gustaría tanto saber dónde encontrar ese lugar en el que nacen las ballenas.