A veces, no siento,
me quedo en estado suspendido
en simulación de latido
con la boca en estado de sitio.
A veces, no sueño,
tan sólo me derramo en
un racimo de pasos sin sentido
en inconsciencia de abstracción sugerida.
A veces, me olvido
y me nazco en experiencias
que nunca me conté
en cuero lechoso a los ojos de un sol.
A veces, respiro,
en vientos que nunca se extinguen
o, al menos, eso me dicen mis dedos
cuando los vuelan a modo de flechas.
A veces, tan sólo a veces,
me alargo como sombra de mástil
cruzando luciérnagas de polvo
en tierra de nadie.