Y mientras tanto se desplomaban las sombras

Y mientras tanto se desplomaban las sombras

y marcaban la desconcertante dirección

de un abismo conocido, el hábito.

 

Para nuestro asombro

el cielo se abría en blanco lienzo

y dejaba pendiente el dibujo de un destino,

que se había perdido en el horizonte.

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