Querencia

Me gustaba pensarte. Conocerte en la proximidad de aquellos días. Sobrepasar la extenuación de tu oleaje. Verter tu fuego en un cáliz de raíces. Soñar tu latido de viento. Imaginar que me sería fácil saber las oquedades que ramifican la tierra de mi tierra. Sonreírme más allá de la luz de la costa. Plegar la cartografía de aquellas matemáticas. Aquel tiempo pasó. No recuerdo bien el lugar del origen. Aquel tiempo pasó. No recuerdo dónde dejé de pensarme. Los papeles, lo esperado. La gloria, la vida. Me siento en calma con mi memoria. Me pierde el deseo de saber tan poquito de mi origen, que me aterra saber que pertenezco a un lugar. Me siento muy vivo en la indiferencia de las palabras.

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