Noche de miércoles

Ha pasado mucho tiempo, aunque mi existencia la reduzco a pocos años atrás. Todo lo demás son recuerdos difusos que se extinguen rápidamente.

No sé si el tiempo depende de la consideración que le das, del espacio en el cajón, de una memoria episódica que enumera el cuaderno.

Es como si no pudiese contener toda esa existencia.

Rasgo distintivo, laceración en el corazón, noche de miércoles, la cuenta atrás de unos dedos vacíos. Ya no creo en símbolos.

Me enfrío. Ahora que todos los glaciares se desdibujan, descienden los grados de mis manos. Me enfrío. Una planicie que devora en su simpleza.

Atravesar mi desierto blanco te lleva a estar a solas contigo.

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