Imagínate. Imagina lo que es ver el vacío. Se respiraba el sur. El salitre habitaba en los párpados. ¿Conoces el sonido de un pueblo de pescadores?
Las calles tenían la poesía de agosto. Las sombras largas que refrescaban la cabeza. Un sin fin de insectos reivindicando con cánticos primitivos el círculo de la vida.
Imagínate. Imagina las barcas abriendo los mares a partes iguales.
¿Has descansado alguna vez en clavículas que no tenían nombre?